Arrastra unas pérdidas acumuladas de 42 millones de euros en el último año y medio.-
La organización de agricultores y ganaderos UPA se ha sumado a denunciar la situación que atraviesa el sector cunícola español, con unas pérdidas acumuladas de 42 millones de euros en el último año y medio. Para poner una soluciçon a esta crisis, plantea un decálogo de medidas, Como recuerda, los bajos precios percibidos por los ganaderos son el síntoma más visible de una crisis que se está “llevando por delante” a gran parte del sector productor, según esta organización. En lo que llevamos de 2015, el precio medio del conejo en origen ha sido de 1,49 euros/kg., cuando los costes de producción se sitúan en 1,85 euros/kg.
UPA culpa de esta crisis a la continua banalización de la carne de conejo en los lineales de la gran distribución, al desequilibrio en el poder negociador de los productores y la falta de valor del producto, a la ausencia de contratos en las relaciones entre suministradores y receptores y la excesiva atomización e los ganaderos.
Un excedente de producción por un intento fallido de ganar rentabilidad
El aumento de los costes está llevando a las granjas a una huida hacia adelante, aumentando su producción, para intentar obtener más rentabilidad, han explicado desde la Unión de Pequeños Agricultores. Esto, unido al descenso del consumo de esta carne, ha generado un excedente que también tira de los precios a la baja.
UPA ha denunciado también que apenas tres operadores comercializan a día de hoy más del 50% de la producción, de modo que dependen totalmente de las ventas a las grandes superficies y se hacen entre sí competencia continua a la baja, hundiendo los precios.
De igual forma, se destaca que el precio de la piel también ha caído, desde los 1,50 euros/unidad, hasta los 0,10-0,15 euros/unidad, “una ruina”, lamentan los ganaderos.
Decálogo de medidas para salvar al sector cunícola
Ante esta situación, UPA propone un decálogo de medidas que pueden ayudar al sector a afrontar esta situación de crisis. Para ello, plantea destinar los excesos de producción de carne de conejo a los planes de ayuda a los más necesitados. Para ello piden al Ministerio de Agricultura la cuantificación exacta de los excedentes y la activación de compras públicas de conejo.
Asimismo, defiende que la carne de conejo debe tener un precio justo, tanto al consumidor como a lo largo de la cadena de valor. Por ello debe haber más transparencia para lograr una mejora de la redistribución del valor a lo largo de la cadena. El Observatorio de la Cadena Alimentaria y la Agencia de Información y Control Alimentarios deben vigilar muy de cerca al sector cunícola.
Aboga porque deben activarse cuanto antes medidas de apoyo financiero para aportar liquidez a los ganaderos. UPA propone implantar ayudas directas de mínimis, programas de desarrollo rural para el sector cunícola, medidas de apoyo al crédito y rebajas fiscales para los cunicultores.
También reclama el establecimiento de contratos que regulen las relaciones de compraventa entre ganaderos y mataderos. La utilización de índices de referenciación permite establecer contratos a largo plazo sin que los operadores queden fuera del mercado. Es preciso buscar fórmulas novedosas que resuelvan la difusión de dichos índices para su uso de forma generalizada en los contratos.
Acabar con su banalización y apostar por el mercado local
De igual forma, insta al fomento y mejora de la transparencia de las lonjas que sirven de orientación de los precios en origen, así como planes de promoción de la carne de conejo, una de las más saludables, tradicionales y versátiles de la gastronomía mediterránea. UPA propone que el Ministerio de Agricultura apoye las campañas de promoción que pone en marcha la Interprofesional del Conejo (Intercun).
Del mismo modo, cree que se debe evitar la banalización de la carne de conejo mediante ofertas abusivas por parte de la gran distribución. La AICA debe vigilar el cumplimiento de la Ley de cadena alimentaria también en el sector cunícola.
Apuesta por las carnes diferenciadas y por los mercados de proximidad como nichos de mercado que permitan una revalorización del producto y una apuesta por la satisfacción de los consumidores que no desean una carne estandarizada y por la búsqueda de canales de exportación para la carne de conejo e incluso para el conejo en vivo.
Finalmente, considera que se debe apostar por la recuperación del consumo de la carne de conejo. Para ello es preciso conocer el consumo real de carne de conejo en la actualidad, para lo cual volvemos a la idea de necesidad de transparencia y de diseño en consecuencia, de un sistema de información del sector cunícola.
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